Aburrimiento y capitalismo. En la escena revolucionaria. París, 1830 - 1848 de LESMES, DANIEL en pdf

En 1839, Alphonse de Lamartine se dirigió al Parlamento francés con la siguiente advertencia: «Francia es una nación aburrida». Esta frase se ha convertido desde entonces en un eslogan revolucionario, y de hecho será rebautizada por Pierre Viansson-Ponté en 1968. El mal imaginario por excelencia, el mal del siglo, se dice, este aburrimiento -la ira que los románticos convierten en cliché- Tomada como una hipérbole de la modernidad por parte de algunos que, como George Steiner, tratan el «Gran Hastío» como el verdadero germen de la «Gran Guerra». En la confrontación de estas dos interpretaciones, este libro aborda la cuestión del aburrimiento romántico desde otra perspectiva: relacionándolo, como sed insaciable de algo más, con un orden socioeconómico, el capitalismo emergente del siglo XIX, sostenido por la convicción de que El deseo se renovó de forma ilimitada a partir de una producción organizada de insatisfacción. A partir de un recorrido dialéctico por algunos de los núcleos fuertes de la modernidad -la gran ciudad, lo nuevo o el juego-, este ensayo cuestiona el poder que tuvo el siglo XIX a causa del aburrimiento al mismo tiempo que fundamentaba las bases de la publicidad y la industria del entretenimiento. Así, el corpus artístico y literario de la Monarquía de Julio fue convocado -Delacroix, Lamartine, Hugo, Grandville, Balzac, Daumier, Gautier, o los jóvenes Baudelaire y Flaubert- tras el destello de aquellos disparos dirigidos por los revolucionarios de 1830 a contrarreloj de París. Bajo su humo, cuestiones como el tiempo y el trabajo, el poder y la imaginación, recorren este libro con vocación anacrónica, porque aquí se trata sobre todo de la tentación de la imagen de la que hablaba Walter Benjamin, donde «el pasado en un momento dado … es, al mismo tiempo, «lo que siempre ha sido».